miércoles, 8 de agosto de 2007

PATRIOTAS, SIN PATRIA, PATRIOTEROS...

Editorial Revista Raiz Bolivia
por Edwin Pérez Uberhuaga - Director RAIZ BOLIVIA

En el mes de agosto, al celebrarse 172 años de la fundación de la República de Bolivia, la Historia encuentra a nuestro país con más de tres millones de sus hijos fuera de sus fronteras, la mayoría mujeres.Preguntarnos cómo fue posible que un país tan rico de tan solo nueve millones de habitantes deje salir a tanta gente, es tema para otro debate. Lo cierto es que muchos y muchas hemos atravesado fronteras, mares y montañas para estar en Argentina, Brasil, Estados Unidos, Europa y sobre todo en España.

Lo malo es que salimos demasiados. Normalmente, cada uno de nosotros debería ser portador de nuestra diversidad cultural para integrarnos al país de acogida y a las otras nacionalidades de diversos países.Una sociedad de grandes contradicciones, discordancias y diferencias económicas, políticas y sociales, se ha “clonado” y se ha repartido por diferentes países, con un amor o desprecio a sus raíces que merece ser analizado:

Los sin Patria son aquellos niños y niñas que no tienen documentos bolivianos para así tener papeles en Europa. Son las y los adultos que se han quedado indocumentados y tienen que esperar demasiado tiempo para contar con un pasaporte y mientras tanto “no existen”. Los que cuando vuelven a Bolivia son tratados como gringos o extranjeros por su valentía o cobardía de haberlo dejado años atrás. Son los que, aún con todos los documentos, prefieren agarrarse del “acento” de donde están, se pintan su cabello de rubio y miran con desprecio las noticias de ese país pobre o las danzas de los “indios” del oriente o el occidente.

Las y los patrioteros son los que se han dejado absorber por algunos “guetos” y creen que nadie es mejor que el de su pueblo o su departamento y mira con recelo al que viene de un pueblo próximo. Son los que ciegamente reproducen el odio al camba, colla o chapaco y que creen que su barrio, escuela, universidad y familia son lo mejor. Los que no se dan cuenta que desprecian sin razón a lo que no conocen y a la tierra que tienen. Una vez, en un precario cuartel militar boliviano en la árida frontera con Chile, pude leer: “A la Patria no se la quiere porque es grande, se la quiere porque es tuya”.Las y los patriotas son los que hacen todos los esfuerzos por trabajar mucho, pero con dignidad; para enviar dinero a sus hijos, sin descuidar supervisar su educación. Los que saben que ante los ojos europeos, ya no es el camba o el colla, sino “el boliviano o boliviana” que hace quedar bien o mal al país, según como se porte. Las y los que pueden hablar aymara, quechua o guaraní y que se abren sin miedo a hablar otros idiomas y conocer otras culturas. Las y los que pueden equilibrar el duro trabajo con la sana diversión y esparcimiento de fin de semana. Los que tienen la cultura suficiente como para explicar a cualquiera el calor tropical de Pando o el frío del Sajama.

Hoy día, más de tres millones estamos fuera del país, asumiendo el rol de patriotas, sin patria y patrioteros. Tal vez no hay mucho tiempo para leer o conocer en persona al del otro lado de las montañas que hoy está con nosotros. Tal vez somos demasiado tímidos o soberbios, o posiblemente no tenemos una idea completa de lo que es nuestro país.

Pero, lo que es seguro es que sí podemos recordar una estrofa de nuestro Himno Nacional, que ahora, como migrantes, debe estar más vigente que nunca: “De la Patria el alto nombre, en glorioso esplendor conservemos y en sus aras de nuevo juremos: Morir antes que esclavos vivir”.

No hay comentarios: